Este jueves 16 de enero, parte el equipo de Ciencia y Arte, integrado por Milena Grass Kleiner, Sebastián Riffo Valdebenito, Georgia del Campo y Jose Miguel Candela participaron del primer Congreso Internacional en Investigación de las Artes CINIA, organizado por el departamento de Artes Plásticas y la Vicerrectoría de la Universidad de Concepción.
La mesa “Ciencia y Arte. Arte Rupestre y Práctica Artística como investigación” se desarrolló en la sala 1 del Departamento de Artes Plásticas, y estuvo compuesta por las ponencias “Introducción al proyecto de investigación: Desarrollo de un modelo analítico sobre arte rupestre a partir de metodologías artísticas de práctica como investigación” a cargo del director adjunto del proyecto Sebastián Riffo Valdebenito. Georgia del Campo, por su parte, presentó “Aportaciones somático-danzarias para la investigación del arte rupestre en el Loa medio”, mientras que José Miguel Candela compartió parte de su investigación relacionada con la sonoridad del río Loa “El canto escondido: Posibles influencias del paisaje sonoro en arte rupestre del Loa medio”.

Las presentaciones hicieron un amplio barrido sobre los principios que motivaron la creación del proyecto, que enfatiza en la relevancia del arte rupestre, antes que todo, como práctica artística, y de quienes realizaron estas expresiones como artistas. Desde esta certeza, avalada por decenas de años de investigación arqueológica, el equipo hizo hincapié en la responsabilidad y oportunidad de los y las artistas de diversas disciplinas de acercarse al arte rupestre como un campo propio de las artes.
Milena Grass introdujo la mesa contextualizando el territorio donde se desarrolla la investigación, en medio del desierto de Atacama, e interpeló a los presentes en relación a si conocían el lugar y cuánto sabían de él. Presentó además los conceptos centrales que atraviesan esta investigación relacionado con el fenómeno de la pintura rupestre desde la experiencia corporizada, la percepción multisensorial, el reconocimiento del territorio y la relevancia de los componentes perceptivos.
Posteriormente Sebastián Riffo, artista visual e investigador, realizó una completa introducción sobre los orígenes del proyecto y en el contexto histórico en el que fue pensado y producido –pandemia y post estallido social– donde las preguntas por la vida y la muerte y el lugar del arte en la humanidad, resultaron esenciales para poner el foco en estas expresiones. Sebastián compartió además el hito estético –un viaje al alero rocoso de Taira– que originó la pregunta sobre el arte rupestre y su lugar en el arte contemporáneo, así como la inquietud por la nula existencia en investigación desde las artes sobre este fenómeno. Comentó además los desafíos que tuvo que sortear junto a Milena Grass para poder levantar un proyecto para investigar el arte rupestre desde las artes. En este sentido, la convocatoria ANID para proyectos innovadores y de alta incertidumbre, y la conformación de un equipo transdisciplinario fueron fundamentales para materializar la investigación.
“¿Por qué hablo de una lección de arte? Porque Taira me reveló nuevas formas de comprender el dibujo, la pintura y la composición, en íntima relación con la geomorfología de la roca y el entorno. Me permitió entender lo que podría ser una intervención en el espacio, los múltiples factores que influyen en la percepción corporal del fenómeno estético situado, entre muchas otras dimensiones. Fue una experiencia que me estimuló creativa y sensiblemente, reajustando mi concepción del arte y su historia libresca. No buscaba descifrar un mensaje simbólico o cultural. Las imágenes, su disposición espacial y su configuración visual y gestual eran, en sí mismas, una verdad ineludible. Me hablaban directamente, sin necesidad de intermediarios ni interpretaciones. Era arte en su esencia más profunda: un abismo existencial anclado a las rocas de la ribera del río Loa, cuyo efecto en mí provocaba una conmoción arrolladora, creado por seres humanos –uno, varios o muchos– para ser visto, pensado y sentido en un lugar tan significativo como irremplazable”, enfatizó Sebastián respecto del momento que inspiró la creación del proyecto de investigación.
Georgia del Campo, bailarina, directora escénica e investigadora, profundizó en la importancia de la experiencia multisensorial del paisaje y los aspectos sutiles de la propia corporalidad al momento de acercarse al arte tallado en la roca, enfatizando en las nociones de “paisaje en el cuerpo” y “cuerpo en el paisaje”, y de qué manera aspectos como el tacto, la propiocepción y la sinestesia pueden darnos luces relevantes al momento de pensar y proponer nuevas metodologías de aproximación al arte rupestre, donde la cognición encarnada, pensar con el cuerpo y desde el cuerpo, son fundamentales para abrir nuevos horizontes de conocimiento en relación a estas prácticas.
“Las visitas realizadas al cañón del Loa, despiertan en mí la conciencia de mi cuerpo como mediador en la interpretación que hago del arte rupestre. Sin embargo, cuando abordamos su estudio es usual encontrar una serie de análisis de este tipo de producciones, en los que la visualidad es predominante. El análisis visual considera elementos como forma, color, o eventualmente ritmos, presentes en la composición de las imágenes estudiadas. La investigación arqueológica destaca por la ausencia de referencias a campos sensoriales alternativos al de la visión, o al de la audición, si consideramos diversos estudios actuales en relación a la sonoridad propia de los yacimientos. Pareciera que el cuerpo se considera un problema que es mejor dejar fuera del análisis. Sin embargo, la percepción se define a partir de nuestra experiencia corporal. A partir de esto surge una pregunta respecto a cómo la implicancia del cuerpo de las y los investigadores podría llevarnos a generar hipótesis, a su vez, respecto a la implicancia del cuerpo de las y los artistas que generaron el arte rupestre”,
Jose Miguel Candela, músico experimental e investigador desde el sonido, puntualizó en la importancia de estas investigaciones para descolonizar la historia y las poéticas artísticas, relevando además como la existencia del Río Loa, única fuente de agua en medio del desierto más árido del mundo condiciona no solo la vida de los habitantes, sino que además es en este sitio –a lo largo de su caudal, sus afluentes y sus aleros– donde se concentra la mayor cantidad de arte rupestre de la zona. Candela compartió parte de su investigación y descubrimiento sobre el “cantar del Loa”, concepto al que llegó luego de largas jornadas de escucha y grabación, a partir de las cuales y gracias a el procesamiento de estos sonidos, logra extraer una especie de silbido, que relaciona con el concepto de “EARCON”: un evento sonoro que contiene un significado simbólico especial que no está presente solo en el sonido.
“¿Qué esconde el Loa en su cantar? ¿Qué experiencia cognitiva me permite? ¿Qué características acústicas de la cuenca del Loa determinan mi cognición? ¿Qué características de su paisaje sonoro? ¿Cómo puedo comunicar estas características desde la experiencia? ¿Cómo puedo comunicar el cantar del Loa desde la experiencia?”, son algunas de las preguntas que se plantea José Miguel para investigar desde la escucha el sonido de este río en medio del desierto.
Como parte de su presentación, Candela compartió las grabaciones que son parte de la investigación y el resultado del proceso de procesamiento a través del cual se extrae “el cantar del Loa”, una especie de silbido hipnótico que sorprende a los asistentes.
El público se mostró asombrado y también agradecido por las reflexiones compartidas por el equipo de Ciencia y Arte, destacando el aporte de estas investigaciones a las artes, reconociendo también cómo estos nuevos puntos de vista cambian de manera paradigmática su relación con el arte y la naturaleza.
